¿Por qué se dispararon los precios de juguetes o textiles?

 ¿Sabes por qué faltan algunos ítems en las góndolas o repuestos de electrodomésticos? La respuesta está en los contenedores. Los contenedores ––y su sistema de logística––son el centro de «la crisis de los contenedores», uno de los grandes problemas de la economía actual.

La clave de la economía global. El escenario comercial global tiene un antes y después del contenedor. En las últimas cinco décadas, los contenedores han sido los reyes absolutos del comercio global. Para ponerlo en cifras: el 90 % del tráfico de carga que se mueve a nivel mundial lo hace por vía marítima y son los contenedores la manera en la que viaja esa carga.

Todos los caminos conducen… Según algunos especialistas, el COVID-19 es el gran responsable de esta crisis. Tras el freno global del consumo y de la caída del intercambio comercial por los bloqueos económicos, cada uno de los eslabones de la cadena de logística colapsó.
Mientras las demoras de los embarques y de las entregas aumentaban, se elevaban los costos de los fletes marítimos. Y se sabe: la suba del valor de transporte y de la logística impactan directamente en los precios de los bienes.
En 2021, para sortear las pérdidas causadas por la pandemia, muchas empresas anularon rutas y redujeron el número de sus transportes. En la actualidad, poco más del 50 % de los buques del mundo está navegando. Hoy, aún funcionando a media máquina, el sistema tiembla cada vez que se anuncia otro brote de coronavirus.

Barajar y dar de nuevo. Para otros analistas, la pandemia solo sirvió para exponer una actividad que ya tenía muchas grietas. Burocracia, empleados portuarios que están cerca de jubilarse y no tienen reemplazo y transportes muy contaminantes, son algunas de estas fisuras.

Si bien nadie puede pronosticar el fin de esta crisis, los desafíos para el sector son inmensos: lograr una logística global distinta supondría barajar y dar de nuevo.